Es una práctica vieja, común y conocida en los principales hospitales del país la presencia de denominados “buscones”, personas que se hacen pasar por médicos, enfermeras, camilleros y otro tipo de empleados que buscan entrar a los centros asistenciales para estafar a pacientes con promesas de agilizar cirugías, atenciones médicas o retiro de cadáveres.
En hospitales especializados en traumatología, como el Darío Contreras, esas funciones de “buscones” la hacen abogados que entran a captar pacientes accidentados, a quienes convencen para que les firmen poderes judiciales con el propósito de llevar sus casos a los tribunales, pero una vez se ven con el documento se desaparecen y el paciente no vuelve a saber de ellos.
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